Eran jóvenes, algunos muy jóvenes, pero decididos, muy decididos a ofrendar sus vidas por la libertad, no sólo las de ellos, sino de todo un pueblo que en silencio, porque no tenía voz, pedía el cese de los abusos, de las persecuciones, de las violaciones de los derechos humanos, de los asesinatos, ó mejor dicho, el cese a seguir siendo gobernados por el sátrapa, indolente, cruel, vil, inhumano, autodenominado “El Padre de la Patria Nueva”. Leer Más...
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